Túnel de San Gotardo.

Probablemente, es el túnel de base de San Gotardo, la obra de ingeniería más ambiciosa de la historia de Europa y por supuesto que merece una reseña, tanto por lo peculiar de su trazado como por su método constructivo. Se trata, de un túnel de uso exclusivo ferroviario de 57 kilómetros de longitud y con coberturas que superan en algunos puntos los 2.300 metros.

El túnel discurre exclusivamente en territorio suizo entre los cantones de Uri y Ticino, o lo que es lo mismo, entre el sur de Suiza, altamente montañoso y fronterizo con Italia, y el norte, de carácter más plano y fronterizo con Alemania.

El gobierno del país helvético se ha encargado del proyecto en su totalidad y de su financiación. Se calcula que las obras han costado alrededor de 11.000 millones de euros y pese a su carácter geográficamente nacional, la importancia del paso es paneuropea, ya que permitirá facilitar el tránsito de mercancías entre el norte y el sur de Europa de forma notable.

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El túnel forma parte de un nuevo esquema de renovación del sistema ferroviario suizo, de hecho, hay otros dos túneles más que forman parte de la nueva conexión ferroviaria y que conectan el sur con el norte del país, esquivando, por debajo, la altitud de los Alpes.

Las obras del túnel de base de San Gotardo se han realizado a profundidades similares a las de las minas más profundas del planeta, en el corazón de montañas que, sin ventilación, en su rocoso interior, alcanzan temperaturas por encima de los 45º C.

El llamado túnel de San Gotardo son en realidad dos túneles ferroviarios gemelos que discurren paralelos de un sólo carril, uno de ida y otro de vuelta, conectados entre sí cada 325 metros.

Pero además de los 57 kilómetros del túnel principal, lo más destacado de este túnel, de estos túneles, en realidad, es el diseño y la construcción de los túneles que albergan los sistemas de servicios del sistema y las galerías auxiliares realizadas para la posibilidad de acceder a la excavación de los túneles principales en distintos puntos intermedios para acelerar la excavación.

Hasta cinco túneles auxiliares permitieron a los obreros iniciar la construcción de las vías principales en cuatro puntos distintos y de forma simultánea.

El inaugurado ayer no es el primer túnel ferroviario construido bajo el macizo de San Gotardo.

La historia de este reto subterráneo comienza en 1871, cuando un empresario particular suizo decidió emprender y financiar un paso entre el norte y el sur de Suiza a través de los Alpes.

Su obra duró diez años, se enfrentó a complejísimos retos técnicos y financieros y acabó con la vida de más de dos centenares de obreros, pero se completó. En esa época el proyecto se ejecutó mediante sistemas convencionales de excavación.

El antiguo túnel de San Gotardo aún es accesible y ha seguido siendo utilizado por los ferrocarriles suizos desde entonces. A partir de la inauguración del nuevo trazado, dejará de ser utilizado y sus 15 km de longitud quedarán sólo para uso turístico y académico.

Las autoridades suizas calculan que 260 trenes de carga podrán pasar por el túnel cada día y que 20 millones de pasajeros se beneficiarán de esta nueva vía. El trayecto entre Zúrich y Milán, se reducirá a 2 horas y 50 minutos, casi una hora menos que en la actualidad.

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En lo que se refiere a la contrucción, se utilizaron un total de 4 máquinas tuneladoras abiertas de 65 metros cuadrados de sección de media con diámetros de excavación entre 8,83 y 9,58 metros. El volumen de roca y escombros excavados, más de 28 millones de toneladas, se han depositado en las zonas de ambas bocas de los túneles y naciendo en sendos valles varias montañas de material.

Os adjunto aquí un link muy interesante de la BBC donde aparecen variaz cifras y gráficos comparativos con otros túneles de gran longitud.

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